Mi larga vinculación con la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla, ingresando como Académico Correspondiente (AC) en 1968 y como Académico de Número el 2008, me ha permitido ser testigo directo de la estrecha relación entre ambas Instituciones y las sucesivas incorporaciones de compañeros del H.I. a la nómina de AC.
La inauguración de la Residencia Sanitaria “García Morato” en 1955, dio origen a un cambio radical de la práctica médica, en sus facetas asistencial, docente e investigadora, potenciada con la apertura de nuevos Centros: Rehabilitación y Traumatología 1968; Centro Maternal y Hospital Infantil 1971, constituyéndose la Ciudad Sanitaria “Virgen del Rocío”. El Servicio de Pediatría previo al H.I. estuvo ubicado en varias plantas de la Residencia García Morato, bajo la Jefatura del Dr. Manuel Laffón Soto (1955-1971). A D. Manuel, se le ofreció la dirección del nuevo Centro, pero consciente de la cercanía de su jubilación, declina la oferta, sugiriendo al Dr. Andrés González Meneses Pardo, su primer Director.
Efectivamente, D. Manuel Laffón, Académico de Número de la Real Academia, inculcó a los que tuvimos la fortuna de trabajar con él y nos incorporamos al H.I., la faceta humanística de nuestra labor pediátrica, bagaje que trasladamos a nuestro quehacer hospitalario y profesional. La Casa Cuna me dejó muy claro, qué es y cómo desarrollar una atención integral. Trabajar en equipo interdisciplinario, con la familia, contando con los activos sociales, sin olvidar los requerimientos de cambios estructurales y ambientales, igualmente presente en la “mochila” que traje de la Casa Cuna.
El Dr. Miguel Rufo Campos, AC y Neurólogo del H.I., en su memoria vivencial, nos expresa claramente, como la semilla sembrada por el Dr. Laffón en sus discípulos, fructificó tanto en lo que respecta a nuestra implicación y cariño con la Real Academia de Medicina, como en nuestro desarrollo profesional en el H.I.: “Fuimos nueve los MIR (primera generación, posteriormente incorporados a la plantilla), los que tuvimos la suerte de trabajar e iniciarnos en la Pediatría con el Dr. Laffón, pronto nos volvimos admiradores suyos. Su forma de ser, su exquisita corrección, su serenidad. Su conocimiento y cariño con los pacientes pediátricos, no los he conocido juntos en los mas de 40 años de profesional de la pediatría. Además de sus extensos conocimientos de la pediatría, su faceta humana era inigualable y poderosa. En aquel servicio coincidimos con otros profesionales, igualmente dedicados en alma y cuerpo a la infancia, como Joaquín Núñez Fuster o como Ignacio Gómez de Terreros, que había trabajado con él, ambos en la actualidad Académicos Numerarios”.
Siempre me he sentido un privilegiado y lo comparto con los compañeros, en cuanto a la etapa profesional que nos ha tocado vivir. Hospitales monográficos pediátricos, surgimiento de las especialidades pediátricas, impresionante expansión científica y de bruscos cambios sociales… Lo cual, exigió desde su inicio a los profesionales del H.I. un extraordinario esfuerzo creativo, innovador tanto en las facetas asistenciales, docente, como de investigación, que ha dado como fruto lo que es hoy el H.I. Desde su inicio, los distintos estamentos trabajamos como una gran familia, con ilusión y compromiso, bajo la batuta de su Director y Jefe de Departamento de Pediatría Dr. Andrés González Meneses y del Jefe de Departamento de Cirugía Pediátrica Dr. Adolfo Martínez Caro, ambos ya fallecidos.
No puedo dejar de citar al Dr. Antonio María López Barrios, radiólogo pediatra de nuestro hospital, referente nacional por sus investigaciones relacionadas con los signos sugerentes de Maltrato Infantil y en los ostensibles beneficios que la recién llegada ecografía aportaba al diagnostico en las diversas patologías pediátricas. Ingresa como AC el mismo año que se celebra en Sevilla el I Congreso Mundial de Academias de Medicina (1977), Congreso que conjuntamente con el Dr. Núñez, igualmente AC, tuvimos una participación muy activa con presentación de comunicaciones.
Conjuntamente promovimos que los trabajos de Investigación que se desarrollaban en el H.I., fueran presentados a las convocatorias de Premios por la Real Academia de Medicina, etapa en el que el primer firmante premiado ingresaba como AC, incrementándose considerablemente en su nómina los componentes del H.I. Como AC electo ingresaron los Dres. Ricardo Sánchez Lancha (1973), Ana Mª Álvarez Silván (1996) y Antonio Pavón Delgado (2015).
Fue tal su implicación Académica hasta su fallecimiento, el 24 de mayo de 1999, que ostentando la Presidencia el Prof. D. Juan Jiménez Castellanos el 16 de mayo del 2000, en su aniversario, se le dedicó un acto académico ‘in memoriam’ en el que intervine junto al Prof. Juan Sabaté.
Nos felicitamos en este 50 aniversario, con mirada de futuro, para que la estrecha relación interinstitucional continúe siendo una realidad.
Firma: Ignacio Gómez de Terreros, Académico de Número de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla
Artículo Original publicado en Diario de Sevilla