El salón Ramón y Cajal de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla acogió la presentación del libro ‘Tácito. Precursores y actores de la Transición’ como punto de inicio del acuerdo de colaboración con la Fundación Universitaria CEU Fernando III.

El acto contó con los testimonios del ex ministro de Educación y de la Presidencia, José Manuel Otero Novas; el notario Rafael Leña Fernández; y el ex secretario general de Información de la UCD, Guillermo Medina González -todos ellos miembros del Grupo Tácito-; así como el director del Instituto CEU de Estudios de la Democracia de la Universidad San Pablo CEU y editor del libro, Pablo González-Pola de la Granja, que moderó la mesa. Intervino también el rector-promotor de la Fundación Universitaria CEU Fernando III y catedrático de Política Económica, José Alberto Parejo Gámir y el presidente de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla, Carlos Infantes Alcón.

Durante la presentación del libro se indicó que, en 1968, el presidente de la ACdP, Abelardo Algora, planteó la necesidad de elaborar ideas y fórmulas para llegar a establecer una democracia respetuosa con los derechos humanos y de agrupar personas que pudieran aplicar esas ideas. Tras varios ensayos sin fruto se constituyó el Grupo Tácito.

El Grupo Tácito quería estar abierto a otras personas afines. Trabajando con flexibilidad, seleccionando semanalmente un borrador entre los varios que siempre se aportaban, reuniéndose unos pocos voluntarios para debatir el texto con el ponente y publicando un artículo semanal, primero solo en el YA y luego en unos veinte periódicos, Tácito fue produciendo ese necesario pensamiento para el futuro y adquirió un cierto prestigio. En palabras de uno de sus iniciadores, José Manuel Otero Novas “no podríamos clasificar a Tácito con la moderna etiqueta de «Think Tank», porque siempre pensamos que nuestro objetivo iba algo más allá de la creación de doctrina e incluía el nuclear a personas dispuestas a implementar las soluciones elaboradas, cuando llegara la oportunidad”.

Puede decirse que el Grupo Tácito arranca de la preocupación de muchos miembros de la Asociación Católica de Propagandistas de que la evolución democrática no se abriría camino mientras las únicas fuerzas organizadas fueran, de una parte, las que desde la legalidad propugnaban el continuismo, y de otra, las que trabajaban por la ruptura desde la clandestinidad. En el epílogo del libro Marcelino Oreja Aguirre indica que “nosotros hicimos cuanto pudimos para grandes componentes: un gran sector conservador, liberal y democristiano, y otro socialdemócrata y socialista. Y fue Abelardo Algora, presidente de la ACdP, quien nos acogía con gran frecuencia para que cambiáramos impresiones y pudiéramos preparar algo del futuro”.